martes, 14 de abril de 2015

INTERIOR AL AIRE LIBRE RAMÓN CASAS

INTERIOR AL AIRE LIBRE 1892


Interior al aire libre
óleo sobre lienzo 160,5 x 121cm
Colección Carmen Thyssen-Bornemisza, Barcelona


A finales de 1890, Casas, junto con Santiago Rusiñol, inició su segunda y decisiva estancia en París, que se prolongó hasta 1892, salvo algunos meses que pasó entre Barcelona y Sitges. Los dos pintores compartieron un apartamento en el célebre "Moulin de la Galette", en Montmartre. Durante este período su entonces ya nada despreciable carrera artística iba a alcanzar el cenit. Su lenguaje artístico seguía en la línea del naturalismo que ya cultivaba anteriormente, pero en sus telas, que generalmente transcurren en el "Moulin de la Galette", se observa un cambio indudable en los temas y en las soluciones compositivas, que evidencia el conocimiento de la pintura francesa más avanzada. En las célebres exposiciones que, junto con Rusiñol y Clarasó, celebró en la Sala Parés presentó su producción parisina, que recibió de nuevo toda suerte de reproches. Sin embargo, en 1892 gana una tercera medalla con esta obra en la Exposición Internacional de Madrid. 


El pintor situó la escena en la parte posterior del domicilio familiar, situado en aquel momento en la calle Nou de sant Francesc, en el casco antiguo de Barcelona. En este mismo escenario había representado unos años atrás a su hermana Elisa. En esta ocasión el artista, que generalmente tanto en sus interiores como en las obras pintadas al aire libre solía incluir una sola figura, representó a su hermana Montserrat y su cuñado Eduardo Nieto, tomando café en una tranquila sobremesa. En el acierto de la composición se une un tratamiento excepcional de la luz y el color. Las gamas cromáticas están sabiamente armonizadas bajo el reflejo de la luz de la primera hora de la tarde, que resplandece al fondo del patio, mientras que las figuras quedan en la suave penumbra que proporcionan las persianas.



Excepcional utilización de la luz y el color en este retrato de su hermana Montserrat y su marido en la terraza familiar, muestra de la burguesía catalana. Una luz blanca, amarilla o azulada que también crea espacio al pasar de una primera zona de suave penumbra a un fondo de potente intensidad.


Sin pretender expresar un  valor literario, ni siquiera una anécdota, hecho en el que coincide también con los impresionistas, supo recoger unos interiores, transmitir toda su intimidad jugando con el espacio y apartándose de las normas académicas de composición.

Mercedes Tamara
14-04-2015

Bibliografia : ARTEHISTORIA


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