AUTORRETRATO CON MÁSCARAS 1899
óleo sobre lienzo 117x 82 cm
Aichi ( Japón ) Menard Art Museum
La obra de James Ensor , acogida en un primer momento con desprecio e incomprensión no ha sido convenientemente reconocida y apreciada hasta épocas relativamente recientes , ya que fue un adelantado a su tiempo . Los fenómenos del nazismo y el facismo en Europa , en especial, hacen que el espectador contemple las obras desde otra perspectiva . Así, el concepto que se tenía de Ensor ha cambiado : de excéntrico a visionario fantástico y único.
Hijo de un ingeniero inglés y de una comerciante de souvenirs belga. Ensor estudió entre 1877 y 1879 en la Académie de Beaux Arts de Bruselas. El reconocimiento oficial le llegó relativamente tarde: en 1899, la Albertina de Viena compra cien obras suyas: en 1901, su ciudad natal adquiere una serie de 118 grabados y en 1930 se le concede un título nobiliario . Las máscaras de colores- de las que su estudio está lleno- son partes integrantes del lenguaje visual de Ensor , entre cómico y estrafalario .
Sus cuadros con máscaras parecen anunciar el fin de la modernidad pues la máscara es el instrumento del teatro clásico griego por medio del cual la individualidad del actor se desvanece para ser sustituida por un personaje , una máscara a la que presta voz.
La barroca pose de Autorretrato con máscaras aparece en el momento álgido de su actividad creadora y toma como modelo . Un autorretrato del gran pintor de Amberes Pedro Pablo Rubens Un sinfín de máscaras rodean al artista quien ingenua o intencionadamente- se muestra desnudo, a cara descubierta. Ensor parece casi ahogarse entre los rostros enmascarados , cuyas mórbidas facciones y bocas pintadas de un vivo carmín encarnan las obsesiones del artista , la presión de las masas, las simas del alma humana escondidas tras la belleza.
La gama de colores empleada por Ensor subraya la voluntad de hacer visible un peligro latente: la carne joven y rosada , se antoja de repente maquillada . Con una paleta satinada , en ocasiones salpicadas de enfermizos tonos verdes y afilada pluma hace que los enmascarados una amenaza incalculable. La comicidad de la escena se torna inadvertidamente en un juego mortal con los papeles intercambiados pese a las muchas sonrisas al individuo preso en una multitud dispuesto a todo no le queda más remedio que darse a la fuga. En el cuadro de Ensor , el individuo queda a merced de la risa burlona del gentío, pero se ve también armado con los distintivos protectores del ciudadano normal, lo que posibilita su huída.
El mundo burgués es una farsa y sus más oscuros aspectos se esconden tras las máscaras que al mismo tiempo lo sacan a la luz . Ensor, en su discreta vida de entreguerras, se muestra clarividente al percibir todo esto y transformarlo en arte mayor , y por eso mismo, merece contarse entre los más grandes visionarios fantásticos
Mercedes Tamara
17 junio 2012
Bibliografía : Expresionismo, Edic Taschen
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