lunes, 4 de junio de 2012

LOS POSTES AZULES DE JACKSON POLLOCK



LOS POSTES AZULES 1953



LOS POSTES AZULES
Óleo esmaltado y aluminio 
sobre lienzo 12,11x 4,89 cm
Cmaberra Galeria Nacional de Australia




Si después de la primera Guerra Mundial la relación arte-sociedad suscitó una apasionada dialéctica entre las distintas tendencias historiográficas, después de la segunda Guerra Mundial se llegó a considerar como inevitable la muerte del arte.


En el origen de esta idea se encuentra una revolución moral: en una sociedad que acepta el genocidio, los campos de exterminio y la bomba atómica, no son posibles los actos de creación. La guerra se había convertido en el aspecto culminante de la destrucción sistemática y organizada, en un hacer para destruir dentro de una sociedad que se autodefine como de consumo. Un arte que se consume al disfrutarlo, puede ser arte o no serlo, pero en cualquier caso será totalmente distinto de todo el arte del pasado. Lo Informal es una situación de crisis: se renuncia al lenguaje para reducirlo a puro acto.

La civilización europea es una civilización el conocimiento (del logos, de la palabra). Hace depender el actuar del conocer ("cogito ergo sum"). Por su parte, la civilización americana es una civilización pragmática, de la acción ("existo porque hago"). En el choque de ambas concepciones, la razón, la palabra y el conocimiento, pierde la batalla ante la política basada en la fuerza. ¿Por qué, pues, seguir contraponiendo la utopía de la razón al brutal realismo del poder?.

Informalismo es un término complejo y ambiguo que suele designar obras de aspectos y contenidos muy diversos. Lo Informal, como apunta Umberto Eco, es la poética típica de lo contemporáneo, es una categoría crítica que comprende desde los "tachistas" a los maestros del "action painting", des de "l'art brut" a "l'art autre". "Informal quiere decir negación de las formas clásicas de dirección unívoca, no abandono de la forma como condición base de la comunicación". Dentro de la poética de la obra abierta, lo informal no decreta la muerte de la forma sino a considerarla como un campo de posibilidades. Dorfles afirma que "informal significa precisamente lo contrario a toda forma, opuesto a toda voluntad formativa, rebeldía frente a toda estructura preconcebida y racional", y añade: "Por eso podemos limitar la etiqueta de informal sólo a esas formas de abstractismo en las que no sólo falta toda voluntad y tentativa de figuración, sino también toda voluntad sígnica y semántica". Si bien es cierto que la mayoría de obras informales no expresan determinadas ideas por medio de unos signos, no es totalmente correcto afirmar que dichos signos carezcan de significado; lo que sucede es que el significado es posterior a la existencia del signo y es el receptor quien, al interpretar la obra, le atribuya un determinada significado.

En las obras sígnico-gestuales existe una cierta reminiscencia del deseo de establecer un contacto con el mundo de la forma, que se manifiesta a través de configuraciones irregulares, ejecutadas en su mayoría al azar. Una serie de pinturas se decantan hacia lo sígnico (Mathieu) y otras hacia lo gestual (Pollock); sin embargo, tienen en común la velocidad de ejecución, o lo que es lo mismo, la pintura considera como acción. Con Jackson Pollock (1912-1956) la Action Painting alcanza su máximo desarrollo. Recibe las influencias de Siqueiros, del Guernica de Picasso y del surrealismo, y concibe el signo como prolongación de la interioridad del artista. Siguiendo a Jung, considera que la esfera del arte es el inconsciente al que sólo se puede llegar a través del arte. El credo de la sociedad americana es "existir para hacer", aunque lo contrario también es cierto: "se hace para existir". Antes de la acción no hay nada, ni sujeto, ni objeto, ni espacio, ni tiempo. Por ello Pollock parte de cero, de la gota de color que deja caer sobre la tela; su técnica del "dripping" deja un cierto margen a la casualidad y al azar.

La Action Painting y la música de jazz son dos de las aportaciones más importantes que América ha dado a la civilización moderna. Es interesante establecer una comparación entre ambas. El jazz es una música sin proyecto, que se compone al interpretarla, rompe con todos los esquemas melódicos y sinfónicos, y cada instrumento desarrolla un ritmo propio; la excitación colectiva de los intérpretes enlaza estos ritmos, y más que una orquesta se trata de un conjunto de solistas. Es música negra. Por su parte la Action Painting es también pintura sin proyecto, es una acción que se desarrolla, rompe todos los esquemas espaciales y cada color desarrolla su propio ritmo; la tensión descargada por el artista enlaza los distintos ritmos, y cada color responde y potencia a los otros. Es la búsqueda de un sentido totémico de la imagen dentro de una mezcla de sacralidad y sexualidad.
El dilema que plantea Pollock es el siguiente: o contentarse con las bellas formas de los coches y electrodomésticos, o si lo que se quiere es arte, buscarlo en la turbación el inconsciente, en la oscuridad de su imborrable complejo de culpabilidad. 

La Action Painting americana no representa ni expresa ninguna realidad, ni subjetiva ni objetiva, sino que descarga una tensión que se ha acumulado en el artista. Es una acción no proyectada en una sociedad en la que esto está proyectado; es una reacción violenta del artista-intelectual contra el artista-técnico, es decir, el diseñador industrial, que se ha integrado en el sistema y se dedica a embellecer los productos de consumo. Dicho brevemente, el arte americano es la expresión del malestar en una sociedad del bienestar. Pollock no se sirve de la pintura para expresar conceptos o juicios, desahoga su ira contra la sociedad proyectista haciendo de su pintura una acción no proyectada. Sus colores son los que fabrica la industria, el esmalte sintético, las pinturas metalizadas; Pollock los rescata de su servidumbre, los trata como materias vivas y autónomas que tienen sus particulares maneras de ser: fluir en pequeños hilos, coagularse en manchas, fragmentarse en salpicaduras... No se coloca ante la tela, sino que gira encima de ella; se va excitando con el ritmo de los colores lo que le obliga a realizar movimientos cada vez más intensos y frenéticos, hasta que la pintura le impone su ritmo. Las situaciones visuales que deberá afrontar serán siempre nuevas e imprevistas; todo consiste en mantener el ritmo, un paso en falso podría romper el nexo que une al pintor con su pintura. No hay una clave de lectura ni un único mensaje a descifrar en la pintura de Pollock; nada de la experiencia de la pintura se puede transferir y utilizar en el orden social. Con Pollock nació, en el arte americano, lo que se denominó la "beat generation", la generación quemada (Jack Kerouac, Allen Ginsberg, William Burroughs, Hubert Selby, Lawrence Ferlinghetti, Gregory Corso).

Mercedes Tamara 
4 junio 2012

Bibliografia : Jackson Pollock, Edit Taschen

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