LA CASA GRIS DE MARC CHAGAL Óleo sobre lienzo 568 x99 Museo Thyssen Bornemizsa |
En el verano de 1914, tras pasar por Berlín con motivo de su exposición en la prestigiosa galería Der Sturm de Herwarth Walden , Marc Chagall regresó a su ciudad natal, Vitebsk . Aunque su intención era volver a París tras una corta estancia, el estallido de la Primera Guerra Mundial, primero, y de la Revolución bolchevique, después, le hicieron permanecer en su país hasta 1922 .
El fuerte contraste entre la efervescencia vanguardista parisiense y la vida tranquila de la provinciana Vitebsk , «triste y alegre», como la describe Chagall en su autobiografía , provocó una transformación en su pintura . Durante los seis años de estancia en esa pequeña ciudad judía antes de su traslado a Moscú, pintó una serie de cuadros —que él denominaba «documentos»— sobre sus gentes y sus paisajes . Entre éstos se encuentra un conjunto de vistas de la ciudad en las que Chagall , con su peculiar lirismo, combina sentimientos contrapuestos, a veces idílicos, otras nostálgicos o apocalípticos, que respondían a la felicidad tras su reciente matrimonio o a las tensiones emocionales que le produjo la Revolución bolchevique, en la que el pintor, por otra parte, tuvo un papel muy activo en los primeros años .
En La casa gris el artista ofrece una representación de Vitebsk bastante naturalista, aunque con ciertos elementos tomados del cubismo . Chagall inmortaliza su ciudad, con su catedral barroca de la Asunción sobresaliendo sobre las casas del casco antiguo y, en primer término, nos muestra una característica cabaña de madera, de las que había varios ejemplos en las orillas del río Dvina . La perspectiva irreal con la que está pintada la cabaña y el juego producido por los distintos planos remiten al cubismo, mientras que los cielos sinuosos, que parecen agitar con su movimiento la composición entera, otorgan a la escena una atmósfera un tanto fantástica y onírica.
Tanto la soledad de la pequeña cabaña, que parece abandonada, como el gesto de emoción de la misteriosa figura a la izquierda del cuadro, con la mano en el pecho, nos transmiten un sentimiento de tristeza nostálgica . John Bowlt y Nicoletta Misler consideran que este enigmático personaje, que se refugia en la esquina inferior del cuadro y que lleva inscrito el nombre de «Chagall» en su chaqueta, es un autorretrato
. Los citados autores resaltan además el hecho de que las otras dos inscripciones que tiene el cuadro —la palabra hebrea shemihl, en la manga de la camisa del personaje, y la palabra rusa durak , en la valla de madera de la casa— significan indistintamente «idiota», por lo que sugieren que Chagall está dotando al cuadro de un doble significado: «Chagall es un idiota» o dicho de forma más coloquial «Chagall es el tonto del pueblo», y lo ponen en relación con el gusto por lo vulgar que en ocasiones compartía con otros artistas rusos del momento .
Como ocurre en toda su obra pictórica, en La casa gris contemplamos un mundo «en el que todo es posible, en el que no hay de qué sorprenderse, pero al mismo tiempo es un mundo en el que uno no cesa de sorprenderse» . En esta pintura , Chagall nos demuestra que consiguió reunir con especial maestría los recursos de la plástica contemporánea con los más fantásticos temas del folclore y de los reinos encantados de los cuentos rusos. Esta peculiar combinación hace de él un precursor del surrealismo, tal como manifestó el teórico de este movimiento, André Breton: «Con él la metáfora hizo su entrada triunfante en la pintura moderna».
Mercedes Tamara
29 mayo 2012
Bibliografia : Colección Carmen Thyssen-Bornemizsa
Hermoso... ME encanta este Blog, lo descubrí buscando referencias al cuadro de Dali, Monumento Imperial a la Mujer niña. Gracias por este trabajo que realizas.
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