Comienza así un proceso de olvido, de desembarazarse del saber aprendido, porque no se trata de ilustrar sentimientos, "sino de expresarlos", dejando de lado las normas, la belleza o la fealdad o cualquier clase de ortodoxia técnica. Pintar es descubrirse a sí mismo -"Todo buen pintor pirita lo que es"-, y el gesto se impone convirtiéndose en forma y color. No hay croquis ni proyectos: la pintura se aborda directamente; el lienzo, extendido sobre el suelo, es un espacio en el que actuar, la obra no es ya representación, sino acontecirniento. El movimiento, espontáneo, pero controlado, queda inscrito en el lienzo gráficamente; no hay límites ni centro, la tensión se acumula por igual en todas sus partes. La línea realizada con la ayuda de un pincel bien cargado, un palo o incluso una jeringa se agita, se encabrita, se enreda en formas cósmicas que poseen la tela al ritmo del movimiento del artista; cuando el trance, el íntimo e intenso contacto entre la obra y el hombre desaparece, la obra está acabada.Poco importa que otros, Merrild, Max Erns o Masson, emplearan, aunque de forma muy limitada, el procedimiento antes que él: ninguno lo llevó hasta sus últimas consecuencias, en ninguno de ellos se dio esta simbiosis fundamental entre pensamiento y acción; para ninguno, salvo para Pollock, significó un paso definitivo; sólo él se lanzó a la desesperada, sin protegerse, corriendo el riesgo de encontrarse al borde de lo irremediable, al final de un callejón sin salida. Continuar por esta vía era copiarse a sí mismo, repetir indefinidamente este gesto, por fundamental irrepetible, era privar de sentido a su obra. La convulsión que supusieron para Pollock los cuadros de su llamada "época clásica" no le permitió jugar con su pintura, porque pintar "es querer ser", y esta fue, en definitiva, su batalla fundamental.
A partir de 1952, la imagen aparece de nuevo, poco importa el que, como afirma su viuda, Lee Krasner, aquélla estuviera únicamente velada en sus drippings, pero es una figura destrozada. Contra la opinión de muchos que se negaron a ver en Pollock otra cosa que un pintor abstracto, frente a los teóricos de turno que consideraron este resurgimiento como regresión, fiel consigo mismo, siguió su camino, el corto camino que le quedaba ya por recorrer. Es la época de sus pinturas negras, líricas y terribles a la vez, pero también de, Greyed Raimbow y The Deep, casi una premonición. A partir de 1953, Pollock abandonó prácticamente la pintura y, una vez más, el alcohol impuso su dictadura.¿Accidente o suicidio? Muchos son los que comparten la opinión de Robert Motherwell: "Es difícil de decir, pero es probable que Pollock se haya finalmente destruido".La huella que Pollock ha dejado en el arte no se limita a la abstracción. Para A. Kaprow, fue el padre del happening, pop-art, minimal y conceptuales reconocen su deuda, y el body-art y el patter painting y las performances, planea la sombra del artista.
Mercedes Tamara
27 -09-2012
Bibliografía : Jackson Pollock, Edit Taschen
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