sábado, 30 de noviembre de 2013

KRUMAU DEL MOLDAVA EGON SCHIELE


KRUMAU DEL MOLDAVA 1913-14
Krumau del Moldava
óleo sobre tela 99, 5 x 120, 5 cm
Leopold Miseum , Viena






A principios del siglo XX , la acelerada modernización que habían experimentado ciudades como París, Berlín o Viena se vio sometida a intensos debates en ciertos sectores de la sociedad . La imparable industrialización, la reedificación de los núcleos históricos y la ampliación de redes viales cambiaron profundamente la estructura urbana y con ello, modificaron la percepción que sus habitantes tenían de ella. Un vasto grupo de habitantes recibió con entusiasmo los beneficios de la urbanización , pero otros sectores- en particular algunos grupos intelectuales y artísticos se mostraron desconfiados de un mundo cada vez más tecnificado. Buscaron maneras de evadir esa realidad y soñaron con una vida natural y más auténtica, lejos de las urbes desarrolladas.




La huida de la gran ciudad unida a la glorificación de la vida rural fue una práctica que hacía el 1900 compartían muchos personajes del ambiente artístico europeo en rechazo de la precipitada urbanización. Paul Gauguin, el precursor se había escapado en los últimos años del siglo anterior a las remotas tierras de la Polinesia. Ya en el nuevo siglo, los pintores expresionistas alemanes de el grupo " El Puente "
realizaron excursiones a los lagos de Moritzburg, cerca de Dresde, , donde pretendían recrear una forma de vida pura y libre . En Austria, el famoso Gustav Klimt adoptó la costumbre de pasar largas temporadas estivales en los alrededores del lago Atter; en la región montañosa de Salakammergut, alejado del bullicio urbano y de sus compromisos en la capital.




Schiele tampoco abrazó la corriente modernizadora de los nuevos tiempos . Desde joven manifestó su incompatibilidad con la gran urbe que era Viena y buscó en los poblados de provincia , pequeños y aislados, un lugar donde sentirse más a gusto . Prefería la ciudad antigua e histórica que había ido creciendo a lo largo de los siglos armónicamente con la naturaleza alrededor. Encontró en Krumau , una pintoresca localidad al sur de Bohemia , fronteriza con Austria, el ideal del pueblo viejo , desmoronado y congelado en el tiempo . Este es el lugar que encontró más afín con su propio talante anímico.




Krumau, simbolizaba para Schiele la antitesis de la vida en la gran ciudad y planeó en 1911 , instalarse allí de manera definitiva . Sin embargo, el pintor no pudo hacer frente al conservadurismo provinciano y, después de dos meses de estancia se vio obligado a abandonar el lugar tras recibir ataques por su obra y por el tipo de vida que llevaba junto a su compañera Wally Neuizil.




Aunque nunca vivió en Krumau, este pueblo inspiró la mayoría de los paisajes urbanos que pintó. Suscitaba en él sentimientos de decadencia, deterioro y melancolía , por ello, las ciudades que pintó aparecen siempre determinadas por su propia emotividad , no exenta de cierto romanticismo . Lejos de tratarse de vistas descriptivas y topográficas de un lugar determinado, las ciudades de nuestro pintor , son representaciones metafóricas de su estado anímico.




Krumau del Moldava muestra una de las típicas vistas que Schiele pintó en Krumau . Desde una posición elevada , representó este grupo de casas que se extiende sobre el Moldava , en el sector inferior del lienzo, hasta la plaza del Ayuntamiento en el sector superior. Excepto por dicha plaza , el resto de la imagen se compone libremente sobre la base de apuntes que el pintor tomó en el lugar. La anónimas casas se amontonan entre sí y apenas dejan vislumbrar las estrechas callejuelas del barrio . Los muros aparecen inclinados y los tejados están deformados. Las casas se han representado con unas ventanas pequeñas y con colores inventados con mucha imaginación.




A diferencia de anteriores versiones de Krumau , donde el poblado aparece envuelto bajo un manto de oscuridad, casi tenebrosa, como en Ciudad muerta III, aquí la débil luz del crepúsculo atenúa ligeramente la sensación de tragedia y pesimismo . En este ejemplo, Schiele introdujo una paleta cromática rica en contrastes. Un colorido más vivo- a base de amarillos y rojos intensos- se advierte en muros, puertas y chimeneas , que contrasta con el marrón dominante de los tejados y con el negro oscuro del río. Sin embargo, a pesar de este juego cromático, la atmósfera de esta ciudad se percibe aún apesadumbrada y desolada, carente de energía vital




Mercedes Tamara

30-11-2013



Bibliografía : Egon Schiele Galeria de Pintores, Edic Monsa

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